Entendiendo el FOMO: Compras por miedo y no te enteras

Entendiendo el FOMO: Compras por miedo y no te enteras

Hola,

¿Qué tal?, soy yo, esa persona que te encanta porque viene a enseñarte cosas que quieres saber.

Tal vez tengas algo de prisa, y vengas por un trabajo escolar.

O tal vez simplemente ya no disfrutas de sentarte un ratito a leer tranquilamente.

Porque últimamente nos pasa mucho eso, que vamos con prisa a todas partes.

Porque estamos acostumbrados a la velocidad de las redes e internet, se nos está yendo a cagar el rango atencional pero, además, estamos constantemente deseando que llegue el nuevo chute de endorfinas. El nuevo BOOM, que nos saque de lo insulso de nuestras vidas.

Y cuando creemos que lo hemos descubierto, entonces, aparece la necesidad de tenerlo o, en contrapartida, la preocupación por no tenerlo.

De esto va este artículo.

De esa sensación incipiente e interior que tienes de que te estás perdiendo la vida o algo así.

No es solo cosa tuya.

Es una herramienta estupenda de ventas.

Y claro, como todo el rato la están utilizando contra ti, y no te enteras, pues te me estresas.

Pero no te apures, mírate mi vídeo o léete mi artículo y aprenderás a verlo.

Ya me lo agradecerás.

1. ¿Qué es el FOMO?

El FOMO es, básicamente, una representación en siglas de la frase “Fear Of Missing Out” o, para que lo entendamos quienes hablamos un idioma decente, el miedo a perderse experiencias gratificantes.

En resumen, el FOMO es ese revoltijo de sensaciones desagradables que sientes cuando te comparas con alguien que, bajo tu percepción, está disfrutando de experiencias gratificantes sin ti.

Es algo que ha pasado siempre, pero que, hará cosa de unos años, se ha puesto más y más de manifiesto a medida que el uso de dispositivos móviles se ha extendido y tu acceso a la vida ficticia de las personas que te rodean (sí, ficticia, en redes prácticamente todo es mentira o una visión sesgada de lo ajeno) ha acabado provocando que tengas casi constantemente la sensación de que tú, no disfrutas tanto como el resto.

Una polla como una olla.

2. ¿Cómo saber si sufro de FOMO?

Vale, esto te va a doler como una patada en el siempresucio.

Y me importa dos pimientos.

Si te descubres constantemente revisando tus redes sociales, sintiendo envidia o ansiedad por las experiencias de otros, es probable que estés experimentando FOMO.

Si te descubres constantemente subiendo contenido sin ser creador porque, básicamente, te gusta que te den atención, lo que te pasa es que tienes una autoestima de mierda centrada en lo que otros piensan de ti y andas buscando validación.

Pero eso te lo contaré más adelante, ahora no, porque aún no está el video, pero estará. Y cuando esté pondré aquí un enlace. Ahora me estoy escribiendo un recordatorio o algo así.

Volviendo al tema; La sensación de inquietud o de estar perdiéndote de algo puede ser un claro indicador.

¿Te cuesta desconectarte del mundo digital y disfrutar del momento? Si es así, el FOMO podría estar llamando a tu puerta, como un creepy de 60 años vestido de enfermera en halloween.

3. ¿Qué origina el FOMO?

El FOMO surge de nuestra necesidad natural de pertenecer y ser parte de experiencias significativas.

Es algo natural.

Jeh, “natural”, una palabra bastante deformada en redes sociales.

Pero bueno, a lo que iba, el caso es que es un mecanismo lógico y normal que tiene tu cerebro desde tiempos ancestrales.

¿Que para qué lo utiliza? Pues para que muevas el culo cuando ves a alguien haciendo algo gratificante y disfrutes de socializar. Porque somos seres sociales, ¿sabes?

Sin embargo, esta necesidad ha sido exacerbada por el constante bombardeo de “vidas perfectas” que vemos en las redes sociales.

De repente, nuestra vida parece pálida en comparación con los éxitos y aventuras ajenas.

Pero recuerda, lo que se muestra en las redes es solo una parte de la historia.

Una parte irreal

Una parte irre

Una parte irr

Una parte ir

Una parte i

4. ¿Qué hacer cuando tienes FOMO?

Combatir el FOMO implica reconectar con tu realidad y valorar tus propias experiencias.

“Espera… ¿Tengo que alejarme de las redes que me bombardean con información? ¿TENGO QUE DEJAR EL MÓVIL TRANQUILO UN RATO Y VIVIR?” (fuente de la cita: cualquiera de las amebas sin personalidad que nos rodean todos los días)

Pues sí, reina, claro, ¿no te he dicho como cinco veces que el problema se exagera por las cosas a las que te exponen en redes sociales?

¿Dónde pensabas que iba a estar la solución?

Aquí van unos consejos:

  • Desactiva las Notificaciones de tu teléfono: Reducirás las constantes distracciones y tu cerebro podrá funcionar mejor que el de un pez globo cuando quiera concentrarse en algo.
  • Modo Avión: Utilízalo en momentos de trabajo o cuando estés con seres queridos. Nuevamente, para no sentir que hay algo en redes que te vas a perder. Sorpresa, gilipollas, te estás perdiendo el tiempo con tus allegados.
  • Planifica lo que Realmente Deseas: Haz actividades que te llenen personalmente, no solo porque otros las hacen. Y te lo estoy diciendo en serio, párate a pensar en las cosas que te gustan. Y si no las encuentras… Ooooh, qué pena, alguien tiene el cerebro comido.

Pero no te apures que este último punto se arregla viniendo a mi consulta, te la dejo por aquí:

Escuela Emocional

  • Perspectiva Realista: Recuerda que las redes sociales son solo una fracción de la realidad vista desde los ojos de quien te quiere hacer creer que todo lo que le pasa es cojonudo. Ni puto caso, la gente se sigue divorciando, las parejas romantizadas de streamers se ponen los cuernos y tus influencers favoritas siguen yendo al baño y soltando unos mojones de a kg que dejan a los vecinos pensando que ha llegado el apocalipsis del que habla la izquierda española.
  • Evalúa las Ofertas con Tiempo: Antes de sucumbir a una compra impulsiva, aplica la norma de dejar pasar unos días dentro del tiempo que tienes para ver si las ganas de pertenecer a un evento o adquirir un producto se mantienen. El FOMO desaparece ante la ausencia del estímulo y solo prevalecen tus ganas si están conectadas contigo y tus intereses.

4. ¿Cómo afecta el FOMO a la salud mental?

Va, venga, aquí me pongo serio (jajaja, siempre hablo en serio)

El FOMO puede llevar a un estado de ansiedad constante, insatisfacción y una sensación perpetua de que no estamos viviendo lo suficiente. A largo plazo, puede afectar nuestra autoestima, nuestras relaciones y nuestra salud mental.

Es vital reconocer y abordar el FOMO para disfrutar de una vida más plena y consciente.

Vamos, que puede dejarte pensando, constantemente, que tu vida es gris y está desprovista de emociones y, no me entiendas mal, es muy posible que así sea, pero espera, te cuento.

Imagínate este combo: Te hago pasarte el día pegadita a la pantalla para que te enganches a la dopamina rápida / te hago sentir que tu vida está vacía recordándote qué bien se lo pasan las demás / te vendo productos con la idea emocional subversiva de que te van a sacar de la monotonía.

Hostia ¿qué guapo el bucle, no?

Pues ahora que lo sabes, no te quejes si sigues haciendo lo mismo de siempre.

Conclusión

No dejes que el FOMO dicte tu felicidad.

En lugar de deslumbrarte con lo que otros muestran en sus redes, enfócate en construir tu propia historia, llena de experiencias genuinas y significativas.

Y no, no me refiero a que vayas a sacarte fotos en Bali, cojones, ¿no te estoy diciendo que eso es tu idea tóxica y romanizada de pasarlo bien?

Si vas a mirarte algún reel, que sea de esos que comparan Instagram con la realidad.

Adoro esos vídeos, son mis pequeñas ardillitas cínicas desperdigadas por el mundo.

Agarran la felicidad química de nuestro mundo moderno y la funden sumergiéndola en evidencias y la miran fijamente a los ojos mientras se pierde en el ácido entre chillidos desesperados y hashtags de mierda.

En fin, teorías conspiratorias aparte que, por supuesto, son perfectamente ciertas y nadie va a conseguir que me baje de mi burro (o puede que si, no lo sé, prueba, te reto, pringada), te animo a apagar tu teléfono cuando no lo necesites para trabajar y, no sé, irte con tus amigos a un restaurante, a pasear y mantener una agradable charla, a hacer un scape room o quedar en la casa de alguno para jugar a juegos de mesa con música de fondo.

Y cuando tengas vacaciones, entonces, sí, entonces te agarras a una compañera de viaje que tenga tu mismo flow y te vas a donde te salga de los cojones.

Hasta entonces, mirada en la vida, atenta a lo que vives, suda pollas de las redes sociales y que le den por el culo a la manipulación de los algoritmos.

Nos vemos, te quiero mucho.

Abrazo de macho alfa soltero.